Uso de robots para la inspección técnica de fachadas
¿Te imaginas un robot capaz ascender por cualquier fachada como si fuese una hormiga?. ¿Te imaginas que ese robot permitiese inspeccionar fachadas milímetro a milímetro? Aunque parece una quimera, éste es uno de los desafíos a los que se enfrenta ITAINNOVA en la actualidad en su proyecto ROBIM.
ROBIM surge de la necesidad de automatizar los procesos relacionados con el mantenimiento e inspección técnica de fachadas que derivan de las Inspección Técnica de Edificios (ITE), para ser más competitivos, especialmente, abaratando los costes de dichas actuaciones.
Las empresas dedicadas a la rehabilitación de edificios se enfrentan en su día a día a un alto grado de incertidumbre cuando acometen actuaciones de inspección, mantenimiento y rehabilitación. Difícilmente, saben qué se van a encontrar en la fase de mantenimiento, y esto es debido a que realizar un diagnóstico preciso, en la fase de inspección, conlleva un alto coste de recursos. La automatización de la inspección técnica de fachadas se presenta como la solución necesaria para minimizar las incertidumbres citadas y es un ejemplo claro de que la construcción 4.0 es la senda a seguir, para poder resolver las ineficacias que se presenten en los procesos constructivos actuales.
Sustentar y trasladar el robot durante la inspección técnica de fachadas
El primero de los desafíos es: ¿cómo conseguimos sustentar y trasladar el robot durante el proceso de la inspección técnica de fachadas? La respuesta no es trivial, ni mucho menos. La tipología de la fachada es clave, por un lado para conseguir el sistema de sustentación/agarre óptimo y por otro para seleccionar qué tipo de sistema de traslación se escoge. En la actualidad, el reto de la sustentación en estructuras metálicas ya está resuelto, existen multitud de robots dedicados al mantenimiento de cascos de barcos o a la inspección de aerogeneradores utilizando sistemas electromagnéticos para llevar a cabo dicha sustentación. Pero por desgracia, en el caso de la inspección técnica de fachadas la gran mayoría de las superficies no son de materiales ferro-magnéticos, por lo que se deben estudiar tecnologías alternativas, como soluciones neumáticas, mecánicas o incluso adhesivas.
Pero la automatización del proceso de inspección de fachadas depende del desarrollo de un conjunto de sistemas independientes y de su correcta “sincronización”, y de esto, depende el éxito del robot. Hablamos de mover un robot a lo largo y ancho de una fachada, por lo que también es necesario incorporar un sistema de detección de obstáculos cuyos componentes (LIDAR, ultrasonidos, cámaras de profundidad, etc.) estén diseñados para poder redirigir el robot y evitar choques. Del mismo modo, deben incluirse sensores y técnicas que permitan localizar con alta precisión el robot tanto en 2D como en 3D, permitiendo al robot conocer en todo momento su posición (X, Y, Z) y poder asignar a cada punto de la fachada unos valores que definan su estado. De esta manera se registrará un mapa de puntos con los datos de inspección recopilados de tal manera que se pueda visualizar la situación de la inspección de la fachada.
Aligeramiento de unidades robotizadas para la inspección técnica de fachadas
El aligeramiento de la unidad robotizada, es clave. Su uso en superficies verticales hace que el peso deba ser mínimo y por ello se deben embarcar el menor número de sistemas posibles. De ahí que sea clave poseer un sistema de comunicación robusto (Bluetooth, ANT, DASH7, WIMAX, etc.) de tal forma, que se puedan enviar datos desde la unidad robotizada al resto de unidades (control, procesado, almacenamiento).
Automatización parcial y total del sistema
Otra de las cuestiones claves reside en la manipulación o no del robot durante la inspección técnica de fachadas. Optar por una automatización parcial del sistema o por una total. La automatización parcial viene de la mano de la tele-operación, dónde el técnico dispone de medios para dirigir el robot a lo largo de la fachada. Esta opción conlleva el diseño e incorporación de Interfaces (HCI) que dote al usuario de la información visual, sonora e incluso del uso de controladores hápticos para una operación más precisa. Por su parte, la navegación autónoma puede ir desde la planificación de las rutas previa a la actuación hasta el sistema absolutamente autónomo basándose en la Inteligencia Artificial (AI) donde el propio robot, sea capaz de discernir que trayectorias debe seguir en cada momento de la inspección técnica de fachadas.
Ejemplos como el proyecto ROBIM aplicado a la Inspección Técnica de Edificios, son una muestra de que la construcción 4.0 ha llegado y que los procesos de automatización van a ser el elemento vehicular para optimizar los procesos productivos tanto en la inspección técnica de fachadas, como en otras muchas actuaciones dentro del sector.
Jorge Riobó
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